14 de junio de 2013

Promesas, promesas....

Asistíamos a unas reuniones en apoyo a cierto pre-candidato de un partido. Fuimos cordialmente invitados para que en las reuniones expusiéramos nuestra opinión y puntos de vista sobre los temas que ahí se trataban y pues también, para que con nuestra presencia apoyáramos al buen amigo con el fin de que la dirigencia de ese partido lo seleccionara como candidato a la alcaldía de Piedras Negras, Coahuila. Yo me sentí muy honrado por las invitaciones, porque eso me permitiría participar en las reuniones y sobre todo dar mi opinión de lo que considero, una pésima manera de hacer política en la ciudad que tanto quiero.

Amen de la preferencia y el reconocimiento político y de gestión que un servidor siente por el amigo, el segundo objetivo de las reuniones era el que me motivaba a asistir. Si los organizadores querían que mi amigo fuera el candidato del partido, esa era cosa de los miembros del partido y sus intereses de grupo o personales, pero en mi opinión, el segundo objetivo era el que para mi representaba el mayor interés.

Debíamos aprovechar ese espacio para manifestar nuestra preocupación por la clase de política y políticos que últimamente han gobernado nuestra ciudad, sobre todo por el hecho de que los ganadores en las elecciones no terminan su gestión dejando la administración de la ciudad en manos de personas por la cual los ciudadanos no votaron y que por consiguiente, esos politcos/funcionarios no tienen ningún compromiso con la ciudadanía, sino con el Gobernador que los designo como sustitutos a los que abandonaron el barco. Esa situación los suplentes la aprovechaban ventajosamente, para que bajo el manto protector de su padrino se hagan ricos de la noche a la mañana, cuando antes de ser designados no tenían ni para comprarse un sombrero de marca.

La mesa estaba plegada de personalidades de la ciudad que de cierta manera pueden influir en el mejoramiento de nuestra comunidad. Había ahí, con los cafés humeantes y los exquisitos desayunos representantes de todos los sectores sociales, desde políticos de abolengo, políticos de carrera, políticos en el poder, empresarios, representantes de importantes sindicatos, comerciantes, lideres, presidentes de Clubes sociales, diputados, comunicologos y ciudadanos algunos con intenciones de ingresar en la política y otros como yo, porque aprovechamos los foros para manifestarnos.

En una de las reuniones que celebramos, fue invitado un diputado, notario el, que también tenia la ilusión de ser el candidato de su ciudad. Ante la concurrencia, dirigió unas palabras llenas de realidad. Nos dijo que  en esta contienda electoral, la canasta de dulces esta vacía. Que los candidatos tendrán que rifarsela y que su carta de presentación deberá ser el trabajo. Esas declaraciones de alguien que ha estado en la política a nivel estatal deja muchísimas lagunas, deja muchas dudas que avivan el fuego de los comentarios en las mesas de café. Ya no hay tarjetas de la gente, ya no hay monederos, ya no hay promesas de dinero para comprar el voto del ciudadano nos trato de decir?

Ahora son promesas lo que se puede ofrecer a los ciudadanos .

Al final de cuentas, fue otro político el que fue seleccionado por el partido como candidato a la alcaldía de Piedras Negras como también fue otro al que seleccionaron en la ciudad donde trabaja nuestro amigo notario.

En política, del plato a la boca, se cae la sopa.

A partir de hoy que dan inicio las campañas políticas para designar presidente municipal de Piedras Negras y por los próximos veinte días, escucharemos muchas promesas de los tres candidatos. Algunas de ellas darán esperanza y muchas otras risa. Hay que analizar las promesas de los candidatos. En estas fechas, hay centralismo en el poder. Nada pueden hacer los presidentes municipales si no lo autoriza el gobierno estatal. No pueden colgar una manta si o lo autoriza el Estado y el dinero para pago a proveedores viene desde Saltillo etiquetado. No hay que creerles mucho lo que prometerán los candidatos municipales. Lo único que pueden ofrecer sin que se los controle el Estado es trabajo, mucho trabajo por sus ciudadanos, mucho trabajo sin el dinero que corría a manos llenas en anteriores gobiernos.

Ojala que los candidatos se den cuenta que no deben prometer lo que es su obligación; el trabajo. No nos harán ningún favor por trabajar por nosotros. Ya les estamos pagando por eso. Aseguren el bienestar de sus gobernados y sobre todo, prometan sinceramente ser honestos y cumplir y hacer cumplir las leyes.

Quisiera escucharles decir que prometan ser honestos durante su gestion y que meterán a la cárcel a los funcionarios municipales que no lo hagan.

Muy difícil....