17 de enero de 2008

Me hizo falta algo esta Navidad


Me hizo falta algo esta Navidad.
El ambiente calido y el olor a bondad y cariño de la casa de mis abuelos.
Los cuartos aquellos antes de la cocina que guardaban dulces y añoradas historias de la familia y de El Remolino. Aquel patio lleno de sillas y mecedoras para pasar la tarde de Navidad y la Noche Buena cuando el tiempo lo permitía donde platicábamos todos juntos placidamente las sencillas historias bajo el humeante chocolate, café y golosinas.
Aquellas escenas que no se me borran de la mente cuando mamá y mis tías nos hacían los manjares regionales bajo la dirección dulce y estricta de mi abuela.
Las risas contagiosas, las anécdotas que ellas se contaban y el olor a la canela y a los exquisitos buñuelos que preparaban bajo el ritmo de las melodías de aquella epoca en la radio.
El olor a leña ya anocheciendo. La lumbre al piso y la parrilla chillando de costillas, Tbones y mollejas mientras los tíos Pepe y Mando le daban vuelta a la carne disfrutando el ambiente familiar, bajo la paciente y critica mirada de mi abuelo.
El espantoso ruido de los cuetes que el Chavo tiraba a quien se le ocurriera pasar por la calle Bravo y el corretear constante de los primos entre nosotros y la calle.
La presentación artística preparada días antes por cada uno de los primos mientras mis abuelos y mis tíos nos disfrutaban.

Me hizo falta algo esta Navidad.
Las canciones rancheras cantadas a primera voz por Los Feos bajo las cuerdas de una guitarra aporreada de tantas fiestas, mientras los que sabemos cantar les hacíamos segunda para que no se sintieran apantallados. Nunca lo reconocerán, pero es cierto.
Las anécdotas de las carreras de motos donde participaban Teto y Lalito, las canciones entonadas por La Beba y los bailes modernos de Yadira y Sonia mientras los discos de 45 RPM en el viejo tocadiscos sonaban aquellas canciones de moda. La coquetería de Gloria y la singular e infatigable alegría de Chavo.
La serenidad de Don José para estar observando todo el ajetreo, saboreando cada escena bajo el árbol que estaba entre las dos casas.
Todos esperando la hora de abrir los regalos.
Como fue creciendo la familia con la llegada a puños de nuevos primos ante la mirada atónita del abuelo. Ah cabrón, le oí decir una vez a mis tíos, miren como hemos crecido. Sabia que el era el causante y que con la complicidad amorosa de mi abuelita hicieron grande esta familia que respeto y añoro. Benditos culpables!

Me hizo falta algo en esta Navidad
La espera inquietante de la llegada de los tíos y primos a la casa de mis abuelos con los regalos en sus manos y la mirada desesperada de todos los niños por empezar a jugar, a correr y a reír. Disfrutar a los tíos Mando y a Pepe contar las anécdotas de su juventud mientras nosotros queríamos ser como ellos cuando fuéramos grandes. Los cariños de las tías manifestados con abrazos y besos para todos y en especial para el “conse”. Y finalmente los apapachos y los cariños de mi abuelita cada vez que íbamos a su casa. Su mirada tranquila con esos hermosos ojos que nos decía todo lo que nos amaba con solo mirarnos. Extraño sus bromas del día de los Inocentes, las cuales eran el tema central de las platicas durante toda la navidad.

Me hizo falta algo esta Navidad.
La comprensión, la paciencia y la serenidad que les sobro a mis abuelos. El respeto a las nuevas costumbres de los jóvenes que rebasan mi comprensión y el reconocer que uno también fue joven, rebelde….. y desvelado.
Haberme quedado callado un ratito nada más, abrazar fuerte a los que quiero, reír en su compañía y agradecer a Dios tantas bendiciones recibidas.
Ser pues como mis abuelos, que soportaban de todo y a todos por mantener junta a la familia completa….siempre.

Nos vemos…

1 comentario:

Hector G. Menchaca dijo...

y las historias de caceria? de aquellos venados que mataban corriendo a 300 metros? deveras no me habia puesto a pensar de tantos detalles primo, del que si recuerdo es cuando llorando la muerte del chacho (un venadito) la tia Irma seco sus lagrimas cuando empezo a degustarlo asadito jajajaja...que bueno que nos recuerdes tantos detalles.....Hector Menchaca