No sé si ustedes hayan ido últimamente a los IMSS de Piedras Negras, pero no se lo recomiendo. Tengan cuidado, no vayan a salir infartados. Los edificios federales que dan servicio a nuestra ciudad están rodeados de vendedores ambulantes, changarros, paleterias, taquerías, tortas y comidas corridas insalubres. Fijense que ironia, precisamente en la dependencia de gobierno donde se debería promover y hacer que se cumpla con la salubridad y la limpieza como forma de vida de sus usuarios, frente a sus narices, en sus alrededores, se incumple con la salubridad. Banquetas y calles con pozos y donde la basura, el elote, la lata de refresco y los pañales sucios tirados en calles y banquetas son el marco que los caracteriza. Personas enfermas, tiradas en las meras puertas del edificio pidiendo limosna a aquellos usuarios que la necesidad o la burocracia los obliga a solicitar un servicio que de por si es de pésima calidad.
Lo más delicado del asunto es que a ningun funcionario de la paraestatal parece importarle. De hecho, el acceso a sus brillantes oficinas están por otro lado, lejos de los accesos de sus clientes, por lo que es un hecho que la sensibilización, es solamente un tema de los cursos de capacitación y actualización que reciben los empleados y funcionarios de la institución.
Por puritita necesidad tuve que tramitar unos asuntos en ambos edificios. Vaya para allá, suba aquellos escalones, vaya a ese departamento, espere aquí, tráigame unas copias, vaya a depositar al banco, venga mañana porque ya cerramos, haga fila allá, espéreme estoy ocupada (cuando “el elemento” se estaba recetando una coca y un gansito) que le pongan un sello en aquella oficina, entregue una copia en aquella otra oficina, regrese más tarde, etc, etc, etc, fueron las indicaciones que recibí de TODOS los funcionarios de diferente nivel durante el día y no pude arreglar mi asunto.
La simplificación administrativa en todo su apogeo.
¿Por qué traen al usuario vuelta y vuelta? ¿Que no se supone que el usuario o está enfermo o es familiar de un enfermo o es un retirado y necesita el apoyo y comprensión de todo el aparato gubernamental para hacer más liviana su pena? Como diría Juanito…. !Pos quién sabe!
“Señor; tiene que ir al Banco HSBC a depositar el importe que se indica en el oficio que le darán en las oficinas que están en el tercer piso del edificio de enfrente”. “Ah y para que le den ese oficio usted tiene que llevar copias de todo esto”. “Miss; le conteste, ¿y donde saco las copias?” “Ah pos no sé (hasta parecía que conocía a Juanito)”, contesto la interfecta, “si quiere vaya a la Purex de enfrente”. “Oiga, le respondí, pero no puedo pasar para allá porque nos están “empinando”, están destruyendo a mazazo limpio los camellones y el puente peatonal no está en funciones” a lo que me contesto la miss medio molesta (“medio” porque estaba chaparrita); oiga señor! Usted quiere que nosotros hagamos todo!.... me quede pensando “ Pues si!, se supone que están para servirnos miss!...pero no le dije eso so pena que mis tramites se vieran truncados abruptamente y mis papeles fueran a parar debajo de los churrumais que degustaba sin ningún decoro.
Como pude cruce la avenida de ida y vuelta no sin antes sorprenderme de la avanzada tecnología que utilizaban los contratistas (que el Gobierno del Estado nos trae de otros lados para no darle chamba a los de aquí), para destruir lo ya construido. A pura sangre sudor y lagrimas le daban mazazos al camellón. Entregue las copias como me indicaron y me dieron un documento para depositar en el Banco no sin antes recibir una mirada fría y una orden tipo castrense de otra “miss del IMSS” recetándome un “siéntese allá y espere”. Disciplinadamente eso hice y espere sentadito y sin moverme un ápice hasta que la Miss del IMSS amablemente me entrego la hojita para ir a depositar al banco. Allá fui y en 20 minutos regrese con el documento sellado por la institución bancaria para encontrarme con una cola enorme la cual hábilmente sortee y con una cara de triunfo le dije a la Miss “Miss, ya hice todo lo que usted me dijo, ¿ya me puedo ir?” a lo que muy ufana me contesto con un tonito de burocrática burla; “ “Señooorrrr, esta es la primera parte de su trámite, el resto lo tiene que hacer en la Clinica 79 ah y apúrele, porque en esa ventanilla cierran a las 3.
Pues ahí voy! Arranque mi vehículo y me lance por las calles de mi pueblo a una “empinada” aventura.
Después de sufrir las consecuencias del síndrome del camellón, llegue a mi destino sano y salvo. Estacione mi troca a dos cuadras de la clínica porque las aceras de la dependencia están ocupadas por los abundantes carrucheros y muy campante dirigí mis pasos al departamento indicado amablemente por la Miss del IMSS, encontrándome con otra cola de exageradas proporciones (más o menos como las de Fiesta Texas). Para no hacer una cola inútil me dirigí con otra Miss del IMSS y le pregunte si esa era la cola para el tramite que yo iba a hacer y sin dejar de ver su exquisita “chamoyada” me dijo “si, pero si no quiere hacer cola venga más tarde”. Me gusto su propuesta por lo que le pregunte “a qué hora cierran” y me contesto “es servicio las 24 horas”. Salte de gusto. Era martes y me dije a mi mismo “mi mismo, ya la hiciste, a la hora que salgas de Le Club te lanzas para acá.” De puro gusto baje los escalones del edificio de tres en tres, con una sonrisa en mi rostro y el pensamiento puesto en unas "XX dress" que calmaran mi pena urbana.... aunque fuera por un ratito.
Después le sigo porque se me acaba el tiempo y el espacio.
Nos vemos…
Lo más delicado del asunto es que a ningun funcionario de la paraestatal parece importarle. De hecho, el acceso a sus brillantes oficinas están por otro lado, lejos de los accesos de sus clientes, por lo que es un hecho que la sensibilización, es solamente un tema de los cursos de capacitación y actualización que reciben los empleados y funcionarios de la institución.
Por puritita necesidad tuve que tramitar unos asuntos en ambos edificios. Vaya para allá, suba aquellos escalones, vaya a ese departamento, espere aquí, tráigame unas copias, vaya a depositar al banco, venga mañana porque ya cerramos, haga fila allá, espéreme estoy ocupada (cuando “el elemento” se estaba recetando una coca y un gansito) que le pongan un sello en aquella oficina, entregue una copia en aquella otra oficina, regrese más tarde, etc, etc, etc, fueron las indicaciones que recibí de TODOS los funcionarios de diferente nivel durante el día y no pude arreglar mi asunto.
La simplificación administrativa en todo su apogeo.
¿Por qué traen al usuario vuelta y vuelta? ¿Que no se supone que el usuario o está enfermo o es familiar de un enfermo o es un retirado y necesita el apoyo y comprensión de todo el aparato gubernamental para hacer más liviana su pena? Como diría Juanito…. !Pos quién sabe!
“Señor; tiene que ir al Banco HSBC a depositar el importe que se indica en el oficio que le darán en las oficinas que están en el tercer piso del edificio de enfrente”. “Ah y para que le den ese oficio usted tiene que llevar copias de todo esto”. “Miss; le conteste, ¿y donde saco las copias?” “Ah pos no sé (hasta parecía que conocía a Juanito)”, contesto la interfecta, “si quiere vaya a la Purex de enfrente”. “Oiga, le respondí, pero no puedo pasar para allá porque nos están “empinando”, están destruyendo a mazazo limpio los camellones y el puente peatonal no está en funciones” a lo que me contesto la miss medio molesta (“medio” porque estaba chaparrita); oiga señor! Usted quiere que nosotros hagamos todo!.... me quede pensando “ Pues si!, se supone que están para servirnos miss!...pero no le dije eso so pena que mis tramites se vieran truncados abruptamente y mis papeles fueran a parar debajo de los churrumais que degustaba sin ningún decoro.
Como pude cruce la avenida de ida y vuelta no sin antes sorprenderme de la avanzada tecnología que utilizaban los contratistas (que el Gobierno del Estado nos trae de otros lados para no darle chamba a los de aquí), para destruir lo ya construido. A pura sangre sudor y lagrimas le daban mazazos al camellón. Entregue las copias como me indicaron y me dieron un documento para depositar en el Banco no sin antes recibir una mirada fría y una orden tipo castrense de otra “miss del IMSS” recetándome un “siéntese allá y espere”. Disciplinadamente eso hice y espere sentadito y sin moverme un ápice hasta que la Miss del IMSS amablemente me entrego la hojita para ir a depositar al banco. Allá fui y en 20 minutos regrese con el documento sellado por la institución bancaria para encontrarme con una cola enorme la cual hábilmente sortee y con una cara de triunfo le dije a la Miss “Miss, ya hice todo lo que usted me dijo, ¿ya me puedo ir?” a lo que muy ufana me contesto con un tonito de burocrática burla; “ “Señooorrrr, esta es la primera parte de su trámite, el resto lo tiene que hacer en la Clinica 79 ah y apúrele, porque en esa ventanilla cierran a las 3.
Pues ahí voy! Arranque mi vehículo y me lance por las calles de mi pueblo a una “empinada” aventura.
Después de sufrir las consecuencias del síndrome del camellón, llegue a mi destino sano y salvo. Estacione mi troca a dos cuadras de la clínica porque las aceras de la dependencia están ocupadas por los abundantes carrucheros y muy campante dirigí mis pasos al departamento indicado amablemente por la Miss del IMSS, encontrándome con otra cola de exageradas proporciones (más o menos como las de Fiesta Texas). Para no hacer una cola inútil me dirigí con otra Miss del IMSS y le pregunte si esa era la cola para el tramite que yo iba a hacer y sin dejar de ver su exquisita “chamoyada” me dijo “si, pero si no quiere hacer cola venga más tarde”. Me gusto su propuesta por lo que le pregunte “a qué hora cierran” y me contesto “es servicio las 24 horas”. Salte de gusto. Era martes y me dije a mi mismo “mi mismo, ya la hiciste, a la hora que salgas de Le Club te lanzas para acá.” De puro gusto baje los escalones del edificio de tres en tres, con una sonrisa en mi rostro y el pensamiento puesto en unas "XX dress" que calmaran mi pena urbana.... aunque fuera por un ratito.
Después le sigo porque se me acaba el tiempo y el espacio.
Nos vemos…