19 de mayo de 2008

Decisiones...


Cuando Roger Clements pitcher de las ligas mayores negó terminantemente las acusaciones de uso de esteroides en el beisbol, se le vino el mundo encima porque sobraron las evidencias de que el era un consumidor de esas sustancias prohibidas. ¿Seria distinta la situación para el si hubiera admitido su responsabilidad? Muchos expertos opinan que si, yo que no lo soy, opino lo mismo.

Nada vale que con eso arriesgue su inclusión al salón de la fama del béisbol ya que bien merecido se lo tiene. Pero de ahí a que los abogados del contraparte le estén sacando a la luz publica asuntos meramente personales, le esta ocasionando problemas incluyendo a su esposa e hijos, así como a sus padres que nada tienen la culpa. El asunto paso de lo deportivo a noticia del espectáculo mientras la familia sufre la vergüenza de que los señalen.

Veo con desprecio como las personas que luchan por defender sus verdades se despedazan entre ellos ante la mirada atónita de la gente y olvidan que durante el proceso, destrozan sin misericordia sus familias. No les importa nada mas que ganar aunque se lleven de encuentro su propia dignidad y la de sus contrarios. Infames son que buscan fama y/o dinero a costa del desprestigio de otros. El caso ha llegado lejos, muy lejos diría yo. Vamos, se trataba únicamente del consumo de esteroides en el béisbol, un error en el que han caído 104 jugadores de las grandes ligas un problema que se ha convertido de todo, hasta político. Para que sacar trapos al sol que humillara a la familia?

No hay muchos amigos sinceros. Nos sobran dedos de una mano para contar los que realmente merecen de nosotros ese noble titulo. El verdadero cariño, respeto y aprecio esta en nuestra familia, yo no se porque buscamos en otra parte lo que tenemos enseguida de nosotros. Los dos personajes inmiscuidos en el escándalo fueron muy amigos, pero de sinceros les falto un rato. Nomás les tocaron sus intereses económicos y hagan de cuenta que ni se conocían. Iniciaron inmediatamente una guerra de acusaciones donde cada cual saco las armas mas poderosas para destrozarle la vida al otro incluyendo la de sus familiares. Exactamente las mismas armas que uno le dio al otro cuando su relación era llena de confianza y amistad. Intimidades que se contaron entre ellos ahora le sirven a ambos como de balas de cañón para destrozar su vida.

Acá a nivel de cancha es lo mismo. ¿Quien no ha vivido en carne propia la traición del amigo, los comentarios tendenciosos de los colegas de profesión y la hipocresía de los que dicen respetarnos y querernos?.

La vida esta llena de decisiones, todo nuestro entorno esta rodeado de ellas. Uno decide el tener tal o cual amigo, tal o cual novia, tal o cual trabajo. Uno decide si va o viene, un si o un no, decide correr, caminar o quedarse quieto. Todo el dia a todas horas esta uno tomando decisiones que por consiguiente tendrán un efecto en tu vida…. bueno o malo.

Por lo tanto, con tantas decisiones que tomamos estamos en el constante riesgo de equivocarnos. Cuando uno decide esta plenamente convencido de que es la mejor decisión, ni duda cabe. Pero al darse cuenta que fue mala lo recomendable seria reconocerlo a fin de que las consecuencias sean menos severas. Ahí es donde estriba el problema. Al tratar de defender nuestra verdad a toda costa ante propios y extraños nos exponemos más y exponemos a nuestros seres queridos. El bumerang de la vida regresa a nosotros con mas fuerza.

Muchos de los que estudiamos en Guadalajara tomamos la decisión de regresar al terruño una vez graduados. Confiábamos que Piedras Negras tendría un futuro promisorio y halagador para ejercer nuestra profesión. Arriesgamos nuestro futuro con esa decisión y ganamos. Algo nos hacia añorar el regreso que debido a nuestra inmadurez no comprendíamos.

Después descubrimos que se debía a la amalgama que se formaba a nuestro alrededor compuesta por nuestras familias, amigos y novias, la provincia, la frontera y el sincero trato de la gente del norte, el ambiente sano y la confianza entera para ir y andar en cualquier parte. Eso fue, ahora lo comprendo, la vela y el viento para que nuestra embarcación se dirigiera a nuestra ciudad. No puedo hablar por todos, pero al menos para mi y algunos con los que convivo, fue una de las buenas decisiones que tomamos en nuestra vida.

Hubo y habrá malas decisiones, claro que si, pero esas se van con los vientos del desprecio, con los vientos del olvido.

Nos vemos…

No hay comentarios.: