14 de agosto de 2008

Mis Amigos...


Dice Miguel Ángel Cornejo que “La amistad es una sublime manifestación del amor, que debe ser constantemente cuidada y acrecentada. La amistad consiste en compartir profundamente nuestro ser, y para ello es necesario confiarle nuestras penas, alegrías, éxitos, fracasos y sueños”.

Yo tengo la dicha inmensa de tener amigos. Pocos, pero buenos. No me faltan ni me sobran, son exactamente los que debo tener. En la repartición de amigos fui muy afortunado, porque me fueron asignados muy poquitos, a Dios gracias.

Mis amigos son de esos personajes que se incrustan como pedacitos de dulce en alguna etapa de nuestra vida, haciéndonosla mas bella, alegre y exquisita. Como la rosca de reyes.

Mis amigos son aquellos que te voltean a ver cuando hablas, que prestan atención a tus palabras y que tienen la palabra exacta en el momento oportuno para hacerte sentir la persona mas importante del universo.

Mis amigos son alegres y enojones, pero los quiero igual. Tienen esa mirada que me hace recapacitar sin decirme una sola palabra, así como la mano fuerte y pesada en el hombro, cuando estoy en un error.

Así son mis amigos; pacientes e invaluables.

Pacientes porque han soportado calladamente mis ausencias y errores. Invaluables porque no los compro con nada. No tienen valor comercial y les debo tanto que es imposible liquidarles en el ámbito terrenal.

Algunos ya no están conmigo, pero forman parte de mi activo fijo.

Los demás están siempre al tanto, siempre disponibles… siempre amigos.

Nos vemos…

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