3 de octubre de 2008

El Nido Vacio...


Estaba viendo uno de los capítulos de la serie The Sopranos cuando una conversación entre Tony Soprano y Carmela me llamo la atención. Ante la inminente salida del hogar de su hija dado que se iría a la Universidad, Tony le dice a su esposa que habrá de superar el Síndrome del Nido Vacio que se le avecina. Les juro que nunca había escuchado ese término y hasta llegue a pensar que era una mas de las tantas ocurrencias del famoso mafioso. Para no quedarme con la duda busque en internet el tema, y para mi sorpresa encontré infinidad de artículos relacionados con esa situación que se vive frecuentemente en el ámbito familiar.

Estudiando el tema me pude dar cuenta que el Síndrome del Nido Vacio es una sensación general de soledad que los padres u otros tutores pueden sentir cuando uno o más de sus hijos abandonan el hogar. Aunque es más común en las mujeres, puede ocurrir en ambos sexos. El matrimonio de un hijo o hija puede provocar sentimientos parecidos ya que el papel e influencia de los padres a menudo se vuelve menos importante que el del nuevo cónyuge.

Lo que ustedes a continuación van ustedes a leer no es exclusivo para la gente adulta. Es interesante para todos porque somos primeros actores en el delicado rol de hijos o como padres de esta hogareña película. Los hijos podrán comprender el porque sus padres se entristecen cuando nos vamos a estudiar o cuando nos casamos, inclusive cuando se entristecen cuando pasamos a recoger a la casa de ellos a nuestros hijos. Ahora comprendemos porque nuestros padres desean que sus nietos siempre estén en su casa, claro, con el riesgo de que el güerco crezca “chiflado de abuela”, (como algunos de mis primos, jajaja). También comprendo que como padres ahora tenemos la necesidad de crear una actividad más en nuestras vidas que llene el hueco que dejan o dejarán nuestros hijos cuando dejen El Nido.

Existe una época de la vida de algunas mujeres en que el alejamiento de los hijos las hace reflexionar sobre su lugar propio en este mundo y la validez de su proyecto de vida. Remarcamos que esto sucede con algunas, y no con todas las mujeres, por lo cual la discusión sobre si es una condición de la femineidad entra en duda y deja lugar al debate sobre los roles de los géneros y los mandatos culturales.

Pero, ¿a qué se llama Síndrome del Nido Vacío (SNV)? Esta alegoría parangona el hogar humano y su figura central, la madre, con el nido y la hembra de algunas especies. Pero muchos se han planteado si es válida, ya que en el reino animal raramente los padres mantienen el apego por sus hijos, sino que más bien cierran un ciclo reproductivo y continúan con otro, sin penar por los “polluelos” que se han ido.

Lo cierto es que, cuando los hijos comienzan a tomar vuelo propio para dejar el nido, se plantea uno de los momentos más difíciles para aquellas mujeres que han construido su proyecto de vida sobre la base de una familia regular. Y no es que para el padre este cambio carecerá de significado; sólo que por lo general los hombres mantienen una vida activa fuera del hogar que no se modificará radicalmente. En realidad, no depende de ser hombre o mujer, sino de cuáles son los recursos con que se cuenta para continuar encontrando sentido a la existencia.

Durante muchos siglos y aun hoy vivimos en un mundo en el que ser mujer está muy fuertemente relacionado con ser madre, y la relación con los hijos constituye, por lo tanto, un pilar muy importante de la identidad femenina. Es cierto que lentamente están ocurriendo algunos cambios socioculturales, como la constitución de familias atípicas o el creciente nivel de empleo de la mujer fuera del hogar. Sin embargo, muchas mujeres que trabajan también padecen el SNV. Todavía en la actualidad muchas mujeres adquieren el estatus de tales a través de su rol de madre-de-sus-hijos, relación que se funda para toda la vida, pero que cambia de forma con el transcurso del tiempo. En la medida en que los niños las necesitan menos y crean otros lazos, suele producirse este tipo específico de alteración del ánimo que se denomina SNV. La madre siente el vacío del nido como un vacío en su identidad. Al no haber construido otros espacios de desarrollo personal, muchas mujeres carecerán de actividad y hasta se sentirán inútiles al no tener ya la responsabilidad de velar por los hijos. Sensación que por lo general no sufrirán los hombres ya que la subjetividad masculina está socialmente construida sobre otros valores.

¿Qué pasa con esos crueles pichones, capaces de abandonar el nido que los alimentó y cobijó? Por lo general son conscientes del sufrimiento que su partida provoca, pero es la ley de la vida... Ellos trabajarán por una creciente independencia, lo cual los llevará a fundar su propio nido.

¿Qué hacer?

No es posible detener los cambios sociales, algunos de los cuales empeoran el panorama de nuestras apasionadas del nido, como la precoz independización de los jóvenes que quieren un espacio donde desarrollarse con libertad. Otros, en cambio, pueden ayudar: campos profesionales y económicos antes vedados a las mujeres están hoy abiertos para las intrépidas féminas que quieran conquistarlos. En ese sentido, la estructuración de una vida profesional interesante, paralela a la familiar, asegura que la partida de los hijos no las deje vacías... al menos no tanto.

En cualquiera de los casos, el hacerse consciente de los acontecimientos siempre es una vía de solución. Ni es posible evitar el proceso de autonomía de los hijos ni tampoco resultaría psicológicamente saludable. Pero cuando uno –o una– comprende la inevitabilidad de los procesos está en condición de comenzar a trabajar atribuyéndoles una nueva significación. Lo que normalmente nos obligaría a vivirlo como una pérdida, podría por ejemplo ser asumido como un periodo de creciente libertad y posibilidades de autodesarrollo.

Muchas son las herramientas al alcance de aquellas que quieran enfrentar la realidad: terapias psicológicas, grupos de autoayuda, actividades de recreación, estudio, nuevos panoramas laborales, etc. Acercarse a un profesional siempre puede ayudar.

Está interesante el tema ¿no?..... Ah, y muy oportuno por cierto.

Nos vemos…

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