Hace muchos años era un honor estar en el mismo bar o restaurante donde llegara el Presidente Municipal o el Jefe de Policía del pueblo. Ahora es un peligro latente. Nomas ve uno llegar a todo el despliegue de seguridad que los acompaña y los comensales pa pronto solicitamos la cuenta dejando a medias las bebidas y los platillos que tranquilamente disfrutabamos.
Ayer quisimos ir a comer al “Charcoal Grill” como a eso de las 5 de la tarde, pero nos fue imposible. Al ver policías municipales y estatales fuertemente armados en la puerta de acceso del restaurante, preferimos irnos a pasar un rato tranquilo a Eagle Pass.
Nuestro comercio fronterizo (el mexicano por supuesto) sufre las consecuencias. La tranquilidad provinciana ha sido mancillada.
Nos vemos…. en Eagle Pass.
Ayer quisimos ir a comer al “Charcoal Grill” como a eso de las 5 de la tarde, pero nos fue imposible. Al ver policías municipales y estatales fuertemente armados en la puerta de acceso del restaurante, preferimos irnos a pasar un rato tranquilo a Eagle Pass.
Nuestro comercio fronterizo (el mexicano por supuesto) sufre las consecuencias. La tranquilidad provinciana ha sido mancillada.
Nos vemos…. en Eagle Pass.
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