10 de mayo de 2007

Barquito de Papel


Desde la escalera que va a la azotea de la casa me lanzaba contra mi hermano, quien debía aguantar el “tope volador” ya que de lo contrario me partiría toda la maceta en el piso. ¿Que le podía hacer yo a el?. Yo era “peso zancudo” y el era y sigue siendo, "peso completo"!, así que ni se inmutaba cuando me le lanzaba desde nuestra imaginaria “ultima cuerda”. El era Blue Demon y yo, pues El Santo!, quien mas?. Nuestras “capas” eran unas toallas sujetadas por el cuello con orquillas de tendedero, luciéndolas ante las miradas de envidia de nuestros amigos cuando a toda velocidad corríamos desde el patio de nuestra casa hasta la calle, disfrutando que estas volaran por nuestras espaldas. De verdad nos veíamos imponentes!. No había otro sueño que el jugar, correr y brincar con los amigos. Kia nos veía atónita queriendo participar en los juegos de “hombres” que dada su condición de “mujer” seria, no le permitía y que dada nuestra condición de los "hombres de la casa," le teníamos vedada. Finalmente, sus ruegos nos convencían para que le permitiéramos participar en alguna de nuestras aventuras diarias “de vaqueros” la cual ella disfrutaba portando sus pistolas al cinto, sombrero floreado y su estrella de sheriff. Nosotros éramos los bandidos y nuestra delicada misión era acabar con ella lo antes posible para que nos dejara seguir con nuestro rudo quehacer lo cual lográbamos ante los llantos desconsolados de quien no tiene quien la defienda. Siempre era el mismo drama de todos los días con Kia, pero ella sabia que al final del día, llegaría el Marshall (papá) y la rescataría de las injusticias de los malosos. Manos arriba! le grito un dia Chavo para apresarla al mismo tiempo que le blandía su pistolota, dándole sin querer tremendo golpe en su recién salido diente que le quebró un pedazo de el, dejándole una muesca perpetua. Se lo bautizamos como “el diente del pistolazo” que actualmente mi hermana lo luce orgullosamente (nomás cuando se ríe).

Esperábamos con ansia que el “arroyito” se inundara con las lluvias de temporada para hundirnos en sus aguas nejas de lodo y por las tardes nos disponíamos fervientemente a la casería de sapos. Ese “arroyito” era lo que es actualmente la calle Periodistas, mucho antes de que la civilización arrastrara todo a su paso en nuestro Piedras Negras y la pavimentaran. Nuestra zona de aventuras estaba determinada entre las calles Lopez Mateos y la Jalisco, mas allá de estas calles era campo minado por otras “guerrillas”. Gaby, el Güero (QEPD) y el Chino Estrada, Pancho y Vico Gutiérrez, Mario y Fello Fernández, Evaristo, Chavo, Kia y yo éramos “los caballeros” de la Roma. Cruzábamos el arroyo por aquellos puentes peatonales construidos de ladrillo y cemento y nos tirábamos desde ahí hasta la corriente del arroyito. Pleitos?...muy pocos, no estaban de moda en ese tiempo porque nos educaron en un ambiente de disciplina, respeto y amistad y esta nos la inculcaron como un valor, como un honor. Esa disciplina nos la inculcaron muchas veces por la buena y otras tantas por la fuerza, así que no teníamos muchas alternativas.

Con una faja en la mano mamá nos obligaba a dormir la siesta para permitirle un merecido descanso. Prefería tenernos secuestrados unas horas que estar con el nervio de que anduviéramos en la calle, eso no la dejaba dormir y para ella era importante el descanso después de las desmañanadas y el ajetreo en el negocio con papá. Nomás veíamos que empezaba a poner sus ojitos dormilones, y muy despacito le quitábamos el cinto de su mano y lo escondíamos para salir corriendo a disfrutar nuestra infancia. Ya nos esperaban nuestros amigos para jugar béisbol en la calle, ponernos los guantes de box en la casa de Don Beto Estrada, jugar fútbol en los campos de la Lopez Mateos (si, ok, llegue a jugar fútbol!.... lo acepto!), jugar a los carritos en el patio de mi tía Martina o simplemente a platicar para hacer castillos en el cielo de nuestro futuro.

Yo quería un tractor de verdad. Era un sueño infantil. La agencia “International” estaba localizada donde esta ahora el Ranchero (frente a La Casita) y ahí tenían a la venta un maravilloso tractor rojo. Una noche papá pidió al velador de ese negocio que me permitiera subirme en ese tractor. Con sentarme en aquel asiento de hierro con perforaciones y con su volante grandísimo, tuve para ser feliz. Recuerdo que tenia dos llantitas juntas al frente y dos grandes llantas traseras que llegaban hasta el nivel del asiento. Lo disfrute como ustedes no se imaginan y lo recuerdo como si ayer hubiera sucedido. Con eso tuve.

“Dicen que la distancia es el olvido, pero yo no comparto esa razón….”, la nostalgia de aquellos años con mi familia y mis amigos de infancia me traen recurdos imborrables. La colonia, sus calles y las aventuras que disfrutamos juntos, las recordamos con alegría y añoranza cuando la distancia que hay entre nosotros se borra al visitarnos, compartiendo entre nosotros el pasado y el presente de nuestras vidas. Nunca terminaremos de hacer castillos en el aire, porque nos enseñaron a soñar. Gracias por eso mamá!

Les he comentado a ustedes que admiro a Joan Manuel Serrat y sus canciones sobre todo porque muchas de ellas me transportan a aquellos años inolvidables. Tal es el caso de esta que les comparto con todo respeto para que los ayude a transportarse tranquilamente a aquellos años de su niñez que seguramente son inolvidables.

Barquito de papel,
sin dueño sin patrón y sin bandera,
navegando sin timón
donde la corriente quiera.
Aventurero audaz,
jinete de papel cuadriculado
que mi mano sin pasado
sentó a lomos de un canal.
Cuando el canal era un río,
cuando el estanque era el mar
y navegar era jugar con el viento
era una sonrisa a tiempo
fugándose feliz de país en país
entre la escuela y mi casa
después el tiempo pasa y
te olvidas de aquel
barquito de papel.
Barquito de papel
en que extraño arenal
han varado
tu sonrisa y mi pasado
vestidos de colegial.
Cuando el canal era un río,
cuando el estanque era el mar
y navegar era jugar con el viento
era una sonrisa a tiempo”


Felicidades a todas las mamás!.

Nos vemos……………….

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