16 de mayo de 2007

Palabra de Hombre...?


Que hace a los hombres que empeñemos nuestra palabra para luego pisotearla o permitir que nos la pisoteen? Porque no aprovechamos esa gran oportunidad que nos da la vida para purificar de vez en cuando nuestra dignidad?

La frase “palabra de hombre” no es solamente un slogan auto publicitario. Es muchísimo mas que el uso común y llano que le damos a una promesa, deteriorándose en nuestro ambiente por la falta de valores morales, dignidad y honor, tanto de quien la da como tortilla de carne asada, como de quien la recibe.
Nos impusimos a dar nuestra “palabra de hombre” como dar un simple saludo a un desconocido. Se la damos a nuestra esposa, hijos, padres y hermanos a sabiendas de que no la vamos a cumplir porque no hay nadie que terrenalmente nos juzgue al incumplirla. Como moneda sin valor, como “...un reloj sin manecillas,una lámpara sin luz ” como dijera Pedro Yerena. Darla no cuesta y no pasa nada. De ahí nos agarramos para pisotear nosotros mismos nuestra palabra, nuestras promesas y nuestra dignidad.

Vemos como una rutina el que autoridades nos den su palabra y no la cumplan ya sea en campañas o en el ejercicio de sus funciones. Los directivos de empresas prometen beneficios a sus trabajadores y se comprometen a cumplirlas cabalmente y es práctica común que todo quede en papeles y proyectos que se tornan amarillos por el paso del tiempo abandonados en el fondo de un cajón de escritorio o “envirulados” en algún archivo de la laptop.

Pero ante todo, la “palabra de hombre” incumplida que más duele es la que te ofrece el amigo, traicionándote a mansalva con la seguridad que le confiere la relación.

Nos vemos….

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