Como están? Hacia mucho que no nos leíamos. Ojala que este año nos vaya mejor que el anterior aunque los medios de comunicación internacionales, nacionales, estatales y municipales nos atiborren de información negativa que nos hace comernos las pocas uñas que nos dejaron los acontecimientos del año pasado. Ustedes y yo no dejemos de preocuparnos.
De verdad que se encuentra uno con cada ejemplar en las calles nigropetences que dan ganas de lanzarles, mínimo, una granada. Sobre todo cuando tienes la suerte de encontrarte en el preciso lugar por donde con una tranquilidad pasmosa transita el interfecto(a) con un celular entre mano y oreja. La estadística se incrementa en el sexo femenino, quienes se sienten como si estuvieran en las elegantes avenidas de Beverly Hills cuando les entra una llamada siendo que la realidad es que van manejando por las incomodas calles del pueblo y porque aparte de la atención que deben prestar a los brutos que manejan como si de ellos fueran las calles y los baches que pululan por todos lados de la ciudad, inclusive frente a la Plaza de las Culturas como bienvenida a nuestros visitantes, la interesante conversación que sostienen, les reserva toda su atención. Bueno, hasta tienen el descaro de peinarse o pintarse mientras que con el hombro sostienen el celular, mandan un mensaje de texto y transitan a velocidades inmoderadas por esas calles de Dios.
Esta plenamente comprobado que maniobrar por el tráfico mientras se habla por teléfono aumenta la probabilidad de un accidente cinco veces y es en realidad más peligroso que conducir ebrio y mas en nuestros norteños pueblos donde es toda una aventura transitar por sus precarias arterias. Podría haberles dicho la mentirilla de que fue la firma Mitousky quien realizó el estudio, ya ven que está de moda en nuestro Estado debido a la encuesta que supuestamente realizó y que para beneplácito de la familia Moreira vaticina un triunfo arrasador en las futuras elecciones federales, pero no, lo dice una firma de investigación seria y efectiva de EEUU y a esa si hay que creerle.
Este estudio demuestra que alguien que esté conversando por teléfono celular está exponiéndose a sí mismo y a los demás a un riesgo similar. En realidad, los teléfonos celulares son un riesgo mayor, aseguró la fuente.
En el estudio, 40 personas siguieron un automóvil de seguridad por un camino determinado, usando un simulador de conducción. Algunas personas manejaron mientras hablaban por teléfono celular, otros lo hicieron mientras estaban ebrios (lo que significaba que su límite de alcohol en la sangre igualaba al límite legal de 0.08 por ciento), y otros condujeron sin ninguna distracción ni impedimentos.
Encontraron pues un aumento en el índice de accidentes cuando las personas conversaban en un teléfono celular. Los conductores que usaron teléfonos celulares fueron 5.36 por ciento veces más propensos a tener un accidente que los conductores sin distracción.
A los usuarios de teléfono les fue aún peor cuando estaban ebrios. Hubo tres accidentes entre los que hablaban por teléfonos celulares y en todos chocaron con la parte posterior del vehículo de seguridad. En contraste, no hubo accidentes registrados entre los participantes que estaban ebrios, ni en el grupo sobrio que no usó un teléfono.
Eso si, con unos cuantos alcoholes en el sistema digestivo a la raza le brota su yo escondido, su yo reprimido y además lo norteño nos hace ser mas valientes. El estudio determina que hubo una diferencia en las conductas de los conductores ebrios y los que hablaban por teléfono. Los conductores ebrios tendían a ser agresivos, mientras que los que hablaban por teléfono eran más indolentes.
Lo que si es un hecho es que según ellos(as) el hablar por celular mientras manejan los(as) hace ver mas “interesantes” mientras los que vamos atrás o a un lado de ellos vamos con un ojo al gato y el otro cuidándonos de lo que hagan o traten de hacer, y mas si el objeto de estudio tiene fuero.
Nos Vemos…
De verdad que se encuentra uno con cada ejemplar en las calles nigropetences que dan ganas de lanzarles, mínimo, una granada. Sobre todo cuando tienes la suerte de encontrarte en el preciso lugar por donde con una tranquilidad pasmosa transita el interfecto(a) con un celular entre mano y oreja. La estadística se incrementa en el sexo femenino, quienes se sienten como si estuvieran en las elegantes avenidas de Beverly Hills cuando les entra una llamada siendo que la realidad es que van manejando por las incomodas calles del pueblo y porque aparte de la atención que deben prestar a los brutos que manejan como si de ellos fueran las calles y los baches que pululan por todos lados de la ciudad, inclusive frente a la Plaza de las Culturas como bienvenida a nuestros visitantes, la interesante conversación que sostienen, les reserva toda su atención. Bueno, hasta tienen el descaro de peinarse o pintarse mientras que con el hombro sostienen el celular, mandan un mensaje de texto y transitan a velocidades inmoderadas por esas calles de Dios.
Esta plenamente comprobado que maniobrar por el tráfico mientras se habla por teléfono aumenta la probabilidad de un accidente cinco veces y es en realidad más peligroso que conducir ebrio y mas en nuestros norteños pueblos donde es toda una aventura transitar por sus precarias arterias. Podría haberles dicho la mentirilla de que fue la firma Mitousky quien realizó el estudio, ya ven que está de moda en nuestro Estado debido a la encuesta que supuestamente realizó y que para beneplácito de la familia Moreira vaticina un triunfo arrasador en las futuras elecciones federales, pero no, lo dice una firma de investigación seria y efectiva de EEUU y a esa si hay que creerle.
Este estudio demuestra que alguien que esté conversando por teléfono celular está exponiéndose a sí mismo y a los demás a un riesgo similar. En realidad, los teléfonos celulares son un riesgo mayor, aseguró la fuente.
En el estudio, 40 personas siguieron un automóvil de seguridad por un camino determinado, usando un simulador de conducción. Algunas personas manejaron mientras hablaban por teléfono celular, otros lo hicieron mientras estaban ebrios (lo que significaba que su límite de alcohol en la sangre igualaba al límite legal de 0.08 por ciento), y otros condujeron sin ninguna distracción ni impedimentos.
Encontraron pues un aumento en el índice de accidentes cuando las personas conversaban en un teléfono celular. Los conductores que usaron teléfonos celulares fueron 5.36 por ciento veces más propensos a tener un accidente que los conductores sin distracción.
A los usuarios de teléfono les fue aún peor cuando estaban ebrios. Hubo tres accidentes entre los que hablaban por teléfonos celulares y en todos chocaron con la parte posterior del vehículo de seguridad. En contraste, no hubo accidentes registrados entre los participantes que estaban ebrios, ni en el grupo sobrio que no usó un teléfono.
Eso si, con unos cuantos alcoholes en el sistema digestivo a la raza le brota su yo escondido, su yo reprimido y además lo norteño nos hace ser mas valientes. El estudio determina que hubo una diferencia en las conductas de los conductores ebrios y los que hablaban por teléfono. Los conductores ebrios tendían a ser agresivos, mientras que los que hablaban por teléfono eran más indolentes.
Lo que si es un hecho es que según ellos(as) el hablar por celular mientras manejan los(as) hace ver mas “interesantes” mientras los que vamos atrás o a un lado de ellos vamos con un ojo al gato y el otro cuidándonos de lo que hagan o traten de hacer, y mas si el objeto de estudio tiene fuero.
Nos Vemos…
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