30 de abril de 2008

Sin Humo...?


Afortunadamente que en México ya se aprobó la Ley General para el Control del Tabaco que prohíbe fumar en lugares cerrados con acceso público y sanciona hasta con 36 horas de arresto a quien viole esa medida. Según esto, se aplicarán multas de 100 a 10 mil salarios mínimos y el cierre temporal o definitivo de los lugares que violen dicha legislación, sanción que puede llegar hasta 20 mil salarios mínimos, equivalentes a un millón de pesos, en caso de reincidencia. Ahora falta ver si tienen los pantalones bien puestos como para aplicarlas al pie de la letra.

Fíjense ustedes que la Ley establece espacios ciento por ciento libres de humo de tabaco en áreas físicas públicas, centros de trabajo públicos y privados y universidades o instituciones de educación superior. Otra cosa importantísima es que ningún restaurante, bar, antro y club social de Piedras Negras está acatando al 100% las disposiciones de que dichos lugares deberán contar con zonas exclusivas para fumar al aire libre o en espacios cerrados con mecanismos para evitar el paso del humo y que además, por obligación deberán de colocar letreros en lugares visibles para informar sobre los espacios libres de humo de tabaco y de las zonas exclusivas para fumar, indicando los números telefónicos para denunciar alguna violación. Con ello, cualquier ciudadano podrá presentar una denuncia si detecta el incumplimiento de la ley, y la autoridad competente deberá salvaguardar la identidad e integridad del denunciante. Nada de eso se esta cumpliendo en nuestro Piedritas del alma.

En nuestro Estado de Coahuila esta vigente una ley mas suavecita, si, así como somos nosotros los coahuilenses, suavecitos, suavecitos. La Ley para la Protección de los No Fumadores en el Estado de Coahuila, emitida el viernes 1 de junio del 2007 y actualizada y publicada el 15 de enero del 2008 en el Periódico Oficial (por cierto pésimamente redactada y sobre todo, ambigua), anterior a la Ley General mencionada.

De acuerdo con el artículo 7 de esta Ley Estatal, quienes deben apoyar con la difusión y cumplimiento de la ley son directores y maestros de los centros de educación de todos los niveles, así como los dueños, propietarios, poseedores, responsables y empleados de los locales, establecimientos y medios de transporte a los que se refiere la ley. Ándenles, ahora si ya les cayó el chahuistle. También deberán difundir y aplicar la ley, las asociaciones de padres de familia de las escuelas e institutos públicos y privados, así como los usuarios de los establecimientos, oficinas o industrias; los órganos de control interno de las oficinas dependientes del Gobierno del Estado, de los ayuntamientos, y órganos autónomos, cuando el infractor sea servidor público o se encuentre en dichas instalaciones.

Para no meterse en problemas con las autoridades de salud, solo algunos restaurantes de nuestra ciudad han optado por prohibir el consumo de cigarrillos en su interior. Con eso evitan la inversión para construir los espacios que demanda la Ley y por consiguiente correr el riesgo de que se les apliquen multas por el incumplimiento de sus clientes y empleados que se empeñan en fumar. Claro, mientras el consumidor se impone a estas medidas en los restaurantes que frecuenta, repercutirá en los ingresos de los restauranteros. Pero una vez que la costumbre se haga ley, se verán los resultados para la salud de nuestro pueblo.

Lo injusto seria que los clientes tengan opciones en otros restaurantes que hacen caso omiso a la ley con la benevolencia de las autoridades, dado que esto beneficiaria a los infractores y perjudicaría a los que respetan la ley. Precisamente ahí es donde debe entrar con energía las autoridades de salud y la Cámara de Comercio para hacer que todos sus socios cumplan con el reglamento. Porque tanto es socio el incumplido como el que cumple. O todos coludos o todos rabones.

La realidad es que en nuestra ciudad los restauranteros buscan de donde colgarse para evadir lo que para ellos es una ley que atenta hacia la economía de sus negocios. Sin importarles la salud de sus clientes que no fuman, respaldan a los que contaminan el ambiente y enferman a los que nada tienen que ver con ese vicio. No debe haber acuerdos. Para nada debe haber puntos de conciliación. La Ley debe aplicarse estrictamente y la autoridad debe vigilar que esto se atienda. Fíjense y a los que no fuman los mandan a los peores lugares del restaurante, allá por los baños, como apestados, como si fueran los que contaminaran. Ahora; de que sirve que delimiten áreas de fumadores si como quiera son áreas que se comunican con las áreas de los que no fuman. Lo dicho, nomás para taparle el ojo al macho.

Si usted quiere fumar….pues fúmele hombre!, pero hágalo sin perjudicar al que está a su lado. Y si usted tiene un restaurante o un bar y quiere que sus clientes tengan la opción de fumar y así captar mas clientela, pues inviértale una lanita en espacios y equipos especiales para que se fumiguen allá adentro sus clientes y no perjudiquen a los que no fuman. Así de simple.

En los edificios públicos municipales y federales aunque hay anuncios, los funcionarios y clientes fuman en su interior. En las escuelas es el mismo caso y más si el director y los profesores del sindicato son fumadores, ni se ocupan de restringir el uso del cigarro entre el alumnado y el personal docente. En las cantinas, bares, clubes sociales y antros para que les cuento, el respeto es nulo.

¿Y la autoridad?...bien gracias, ¿y usted?

No existe en los restaurantes suficiente información al consumidor para emitir una denuncia de forma expedita. Se tienen que hacer los mismos trámites burocráticos de siempre para poner la denuncia y ni se te ocurra hacerla en sábado o domingo que es cuando mas problemas se presentan, porque no hay quien te atienda. Si el dueño del establecimiento no hace nada para que se respeten las áreas de los no fumadores ¿a quien hay que acudir?, ¿que hay que hacer?, ¿a donde denunciar las irregularidades?. Estas son algunas de las dudas del consumidor que se siente afectado cuando pretende pasar un rato agradable con su familia y de mala suerte le toca enseguida de un fumador.

Después de escribir este humeante articulo se antoja un exquisito Cohiba (por cierto le debo uno a Lucas), acompañado de un tequilita de esos con sabor a tierrita de Jalisco. Compadre Carlos, tu como quiera ve a “Le Club”. El humo no le hace mal a los “dientistas”, o al memos así parece.

Nos Vemos…

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