Unos buenos amigos me invitaron a presenciar un juego de la Liga de Primera Fuerza entre los equipos Pasteleria Rubi vs Marineros. El caloron estaba a todo lo que daba. 40 GC a la sombra mientras los chamacos jugaban en el pleno solazo. Los patrocinadores de La Pasteleria Rubi se la rifan para tener a los jugadores contentos, les dan camisetas nuevas a sus peloteros para amainar el calor, les llena una hilera Yeti con refrescos, les prepara una carne asada para después del juego y todo por su afición al beisbol, por el amor al deporte y por el gusto de apoyar a los jóvenes para que se desarrollen en el deporte. Familiares de los peloteros de ambos equipos están en las tribunas, bajo las sombras de los mezquites aguantando las inclemencias del tiempo para apoyar a sus hijos que juegan a la pelota. Ese es el beisbol de primer nivel de nuestra frontera. Buenos equipos, excelentes patrocinadores, familias que apoyan.... pésimos espacios deportivos.
No obstante los esfuerzos de los representantes, los jugadores y de sus familias, la escena es triste y el marco de ese buen juego es.... deprimente.
La barda de los jardines está destrozada. Prácticamente la banda de desecho transportadora de carbón que hace las veces de barda está tirada en algunas zonas. En otras partes no existe. La hierba le gano al pasto alla en el fildeo y la basura se acumula en las bardas laterales. El mucho o poco esfuerzo que el Club Mundo Nuevo hace por mantener su campo de beisbol en condiciones dignas para jugar, se ve afectado por jugadores y/o aficionados que asisten a ver los partidos. Muchos tiran basura y otros no se preocupan en recogerla. Suponen que no es su problema, pero si que lo es.
No hay cultura ni respeto por nadie y por nada.
Fui testigo de lo sucios y desordenados que son muchos aficionados. Unos abrieron unos cartones de cerveza y dejaron tirados las cajas de cartón y la bolsa que contenía el hielo. Levantaron la hielera y se fueron a otra sombra. Una señora compró para ella y sus chilpayates unos yukis, se los terminaron y dejaron tirados los vasos, las servilletas y los popotes. Y así, otros espectadores del llanero rey de los deportes nigropetense, contribuyen con ahínco para dejar el campo atestado de basura.
Quién recogerá los desperdicios?... Nadie!
Esperan a que un ventarrón se los lleve, algunas lluvias los entierren, o que una alma caritativa los recoja, o mas facil, que lo haga el municipio durante las campañas políticas. Exigimos que las autoridades nos hagan el favor de darle arregladas a los campos, pero nosotros mismos los dejamos hechos un asco. Siempre echamos la culpa al municipio sin reconocer que los que tiramos la basura, y destrozamos los campos somos nosotros. Si, esos mismos peloteros y aficionados que cuando jugamos en Eagle Pass somos unos ciudadanos ejemplares, aquí en lo nuestro, en nuestros campos, en nuestra casa, somos unos barbajanes.
Los niños tiran la basura en los campos deportivos porque ven que sus padres, sus tíos y los adultos que ellos ven en el deporte lo hacen. El ejemplo lo tienen ahí, entre sus mismos familiares que lo hacen o que les permiten que el lo haga.
Que lastima que el esfuerzo de muchos se eche a perder por el abuso de pocos.
Es cultura y esa no existe en el deporte llanero de Piedras Negras. Ni de la sociedad, mucho menos del gobierno que definitivamente debe de hacer algo para que los deportistas tengan espacios dignos... pero ese sera el siguiente tema.
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