18 de julio de 2016

Se busca inspiración...

Se busca inspiración para escribir cosas bellas sobre la política municipal y sus principales actores. Para decir, con buena pluma, que las fuerzas vivas —el comercio, la industria— son aliadas constantes del desarrollo urbano, sin saber que muchas veces son simples piezas en el teatro del engaño. Empresarios que, por buena fe o conveniencia, aplauden y elogian sin saber —o sin querer saber— que a quienes festejan, los usan.


Se busca inspiración para hablar de la sociedad que idolatra al político deshonesto, que aplaude al bribón con cargo público, sin notar que la están engañando… o peor aún, siendo parte del engaño. Una sociedad que prefiere ser comparsa antes que conciencia, cómplice antes que contrapeso.


Se busca inspiración para no rozar ni con el pétalo de una rosa al funcionario ladrón, al político embustero y eternamente en campaña. Para aceptar que las musas de la política local no son la ética ni el servicio, sino la pasarela, la foto, la conveniencia. Y que muchos de los que hoy se exhiben, serán mañana el semillero de los mismos errores.


Se busca inspiración para escribir cosas bonitas sobre la fea política del pueblo, para pintar con colores brillantes una realidad desteñida por la desidia, la corrupción y el olvido. Para elogiar lo invisible: el progreso que no llega, la obra que no sirve, la promesa que no se cumple.


Se busca inspiración para omitir la cruda realidad de los campos abandonados, de las colonias marginadas, de las escuelas públicas que luchan con lo mínimo, de los hospitales que curan sin medicinas, de los servicios primarios que envejecieron sin que nadie los atendiera.


Se busca inspiración para aplaudir, una vez más, cada visita del gobernador que se lleva de regreso a Saltillo un costal de bendiciones, buenos deseos… y algo más. Para convencernos —y convencer a otros— de que media pulgada de lluvia no basta para hundir una ciudad, aunque lo haga. Para escribir loas al bacheo que muere con la primera llovizna, a las obras que nacen tarde y se pudren pronto.


Se busca inspiración para celebrar el generoso respaldo de la iglesia local a los actos políticos, para creer —aunque no sea cierto— que su presencia en los escenarios del poder no responde a colores ni conveniencias, sino a principios.


Se busca inspiración para escribir algo bello de lo que duele. Para encontrar poesía donde hay podredumbre, y esperanza donde no se ha sembrado nada.


Ya llegará…

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