Una verdadera avalancha de funcionarios estatales descendió sobre la región para, entre aplausos coreografiados y discursos reciclados, anunciar con bombo, platillo y camisetas verde institucional que, gracias a las grandiosas gestiones del estado —encabezadas, por supuesto, por el gobernador Manolo Jiménez—, se instalarán techumbres en las escuelas de Piedras Negras y la región.
El acto, como buen ritual priista, incluyó templete, lona con logotipos y una fila bien alineada de reporteros amigos listos para tomar nota de cada promesa con rostro sonriente. Todo esto para anunciar una obra tan necesaria… como postergada.
Lo curioso —y aquí es donde el guion se pone interesante— es que esas mismas techumbres llevaban meses atoradas en la maraña burocrática del estado. ¿La razón? Según los propios funcionarios, los proyectos enviados por el alcalde Carlos Jacobo Rodríguez tenían inconsistencias, a lo cual el joven alcalde niega rotundamente ese argumento ya que se contrató especialistas para la elaboración de dichos proyectos y que por lo tanto, cuentan con todos los requisitos necesarios para ejecutar ese tipo de obras. Pero ¡oh, sorpresa! De un día para otro, y sin mayor explicación técnica, similares proyectos pasaron de “inviables” a “perfectamente autorizables” justo cuando el gobierno estatal y los políticos con aspiraciones futuras en Piedras Negras, decidieron colgarse la medalla.
Milagros de la política, dirán algunos. Magia electoral, dirán otros. La realidad es que los niños y jóvenes de Piedras Negras y la región por fin tendrán sombra donde estudiar y llevar a cabo sus eventos, y eso, por supuesto, es lo que importa. Lo demás —los jaloneos, las poses, los discursos llenos de adjetivos y vacíos de contenido— es puro show.
Eso sí, no hay que perder de vista el detalle: los políticos estatales aprovecharon una necesidad legítima para hacer campaña con recursos públicos y ponerse el saco del salvador… aunque la costura la haya hecho otro. Y así, entre greñas y grillas, el molino sigue girando… siempre hacia el mismo lado.
Victor Javier Zacarias
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